martes, agosto 29, 2006
La memoria de Obaba
domingo, agosto 13, 2006
Títulos afortunados
Este sábado Jano y yo tuvimos una mañana de acción. Teníamos muchos planes, entre ellos ir con una querida amiga y su hijo de cinco años a pasear. Antes de emprender la aventura, la acompañamos a casa de su padre, Nayo, en San Ángel. Hacía años que no veía a Nayo, un pintor que ha escapado a las mafías y los corrillos intelectuales, y que mantiene su espíritu burlón a pesar de los años y los sinsabores. Ahí estuvimos más de lo planeado y salimos rumbo a Cuicuilco, con la lluvia pisándonos los talones. Lo que iba a ser un paseo campestre terminó siendo una comida deliciosa en un restaurante argentino, donde las primeras gotas amenazaban con caer. Jano y yo disfrutamos de la comida y de la conversación de Cloe. Comer en buena compañía es una delicia y un buen espíritu se extendió al resto de la tarde ya en casa. Solitos y a buen resguardo vimos Le Chignon d’Olga (algo así como El moño de Olga) una película francesa de 2002, dirigida por Jérôme Bronell. El título no dice absolutamente nada de la película, que fue traducida en México como La sensualidad de Olga, otro despiste para el espectador. En realidad se trata de una película que tiene poco que ver con la sensualidad y con Olga. Un padre (un escritor), su hija y su hijo (un pianista) viven el duelo de la madre, de la que poco se cuenta. Cada uno ha renunciado a lo que hacían antes de la pérdida. La historia se centra en Julien, el hijo,
domingo, julio 23, 2006
La justicia es una forma de venganza
¿En qué términos deberíamos de plantear la justicia? Sobre todo en un tiempo como el nuestro en donde tenemos heridas recientes que no han sanado. Hablamos del Holocausto, de la Guerra Civil Española, de Vietnam, de La matanza de Tlatelolco, de la Guerra Sucia, por no hablar de las muy, muy recientes heridas. Cuando es necesario reconstruir sobre un pasado ominoso, se tiene que perdonar, pero ese perdón emana de la justicia. ¿Qué clase de justicia? La de V for Vendetta es una justicia vengadora y vengativa, pero tendríamos que preguntarnos si toda forma de justicia no es, a su vez, una forma de venganza. Observo en las formas de justicia contemporáneas el deseo (no siempre llevado a la práctica) de no sólo castigar al culpable (forma clásica) sino de restituir a la víctima sus derechos. Esta doble práctica se tendría que hacer en retrospectiva, para equilibrar el pasado y no cargar con sus deudas en el presente. No hay más que leer cualquier periódico del día.
Esta es una sola de las ideas que se abren a la lectura en V de Vendetta, las demás las dejo para otro día.
jueves, junio 15, 2006
La vida secreta de las palabras
miércoles, junio 14, 2006
Match Point o de los crímenes de conciencia
Alguna vez Jano me dijo que éramos realmente cinéfilos, no sé si lo seamos en el estricto sentido, pero sí, los dos amamos el cine. Es algo que compartimos, uno de muchos lugares que tenemos para unir nuestras disímbolas vidas. Fuimos a ver Match Point producción de 2005 de Allen, a quien había abandonado un poco por inexplicables razones y otro poco porque hay que dejar descansar a nuestros favoritos y no darles muchas oportunidades de desilusionarnos. Match Point forma parte de la vertiente seria de Allen, algo que los norteamericanos clasifican como drama y que Hugo Argüelles llamaría pieza. Hay amores en discordia, intereses creados y un asesinato impune. Al final el mundo de un hombre arribista, ambicioso y hasta asesino, retorna al orden. Hay una correspondencia con Crimes and Misdemeanors, en otro tono, quizá, en otro tiempo. En Crimes, Martin Landau confiesa a Allen haber matado a la amante que amenzaba con terminar con su matrimonio sin haber sido descubierto. En Match Point el personaje principal asesina a una amante incómoda que también amenaza su matrimonio y status quo, no hay confesión, pero la culpa (lo sabemos los espectadores) producirá, en su vejez, la misma confesión de Martin Ladau. Si la más antigua película de Allen jugaba con el tono grave y el de comedia, Match Point es sobria en su retratar los abismos de algunas decisiones.
Aunque Jano y yo tengamos gustos cinematográficos muy distintos coincidimos, con honrosas excepciones, siempre en el veredicto. He recuperado mi lugar de fan de un director que dirige una vez por año (suerte que tiene) y que mantiene admirablemente (y sin efectos visuales de por medio) su propio estándar de calidad.